Me follé a la esposa traviesa de mi jefe en el restaurante donde trabajo

Hola, hoy también les quiero dejar un relato de un evento que sucedió hace 4 meses entre la deliciosa traviesa esposa de mi jefe y yo. Trabajo como mesero en un pequeño restaurante aquí en la capital. Y odio a mi jefe porque es un viejo muy molesto. Y su esposa es una encantadora dama de 48 años que todavía lo tiene todo.

Su nombre es Joana, y tiene un hermoso par de tetas y un trasero firme. Ella siempre se queja de la vida, creo que es porque su esposo no come bien y todavía está el tema de que ella tiene que cuidar este restaurante todos los días. Así que entiendo su lado.

Así que en un día especial ella terminó teniendo una gran pelea con mi jefe y él no fue a trabajar por unos días. Entonces lo aproveché porque tendría que quedarme hasta el final del día y cerrar el restaurante con mi jefe y aún así llevarla a su auto de manera segura para que no le pase nada.

Y ese día trabajamos mucho y luego era el final del turno de la noche y ya tomé acción y le dije a los demás empleados que podían salir que yo me encargaría de cerrar todo junto con nuestro jefe. Estaba toda feliz porque vio que yo estaba realmente preocupado por su bienestar. Y luego los otros empleados se fueron, y cerré las puertas, encerrándome con mi jefe para que ella pudiera cerrar la caja registradora de manera segura.

Pasé la noche follándome a la esposa traviesa de mi jefe

Así que cuando vi que estaba sola contando la caja al final de la noche decidí atacar y comérmela deliciosa como llevaba meses queriendo. Entonces entré suavemente y allí estaba ella sentada contando el dinero. Luego llegué con la polla bien dura y le mandé la de verdad. Dije que tenía muchas ganas de follarme su coño caliente porque sabía que estaba muy insatisfecha con su matrimonio. Y ella siguió jugando duro pero no había forma de evitarlo, unos 10 minutos insistiendo mucho se rindió y terminó frotándome el rollo.

Me asusté con ese agarre y la puse a chupar. La esposa safaad de mi jefe comenzó a chupar mi pistola y me volvió loco. Que mamada sensacional, esa boquita carnosa me volvía loco y luego la agarré, tiré todo lo que tenía sobre la mesa al piso y la tiré encima de ella. Luego comencé a agarrar sus enormes tetas mientras empujaba su pequeño coño caliente. Ella enloqueció y gimió como una perra en celo mientras la polla entraba muy fuerte.

Luego lo tiré encima del congelador y estaba metiendo ese coño con más ganas. Y luego ella, esta esposa traviesa, me hizo una invitación inesperada. Se tiró al suelo, se puso a cuatro patas y dijo que quería que le dieran una paliza en el culo. Entonces comencé a penetrar ese culo y ella no pudo tomar todo el rollo, solo la mitad pero ya era genial.

Y así terminamos la madrugada follando como locos. Y desde entonces siempre me he quedado después del trabajo y me he follado el culo caliente de mi jefa mientras su marido muggle está en casa pasándoselo bien siendo un perfecto cornudo.