Tuve sexo con una guardia de seguridad de la discoteca que tenía un gran culo muy caliente y me llamó la atención. Mi nombre es Otávio y soy un exitoso hombre de negocios aquí de Tijuana, me encanta ir a un club nocturno muy bueno que tienen aquí y terminé emocionándome con una joven guardia de seguridad que comenzó a trabajar aquí. Mucho mejor que las strippers de este club, y me quedé despierto toda la noche mirándole el culo, hasta que una hora esta mujer de seguridad se fue a tomar un descanso para fumar y tuve que atacar.
Me acerqué a ella y encendí su cigarrillo, encendí el mío y comenzamos a hablar. Y seguí diciendo que era muy linda y que podía terminar la noche aún mejor, en mi cama y con un buen dinero en el bolsillo. Me preguntó cuándo era ese buen dinero y le dije 400 dólares. Fue muy abierta cuando dije dólares, y dijo que iría a mi casa, pero que solo sería un poco de sexo y diversión y luego se iría. Y acepté porque estaba cansada de tener sexo con las prostitutas de esa discoteca que siempre eran lo mismo. Quería una nueva aventura y que la seguridad femenina garantizara la diversión de la noche.
Fuimos a mi casa y en el auto ya estaba esta niña traviesa chupándome el pene. Ya le había dado el dinero a la traviesa y ella estaba toda feliz chupándome la polla. Dijo que ganaba muy poco trabajando como guardia de seguridad en la discoteca y que el dinero la ayudaría mucho. Y yo estaba manejando el auto y la niña traviesa dándome un sexo oral impresionante. Yo estaba loco de lujuria, y cuando llegamos a casa ya le estaba quitando la ropa a esta zorra y dejándola solo en su braguita, una braguita de encaje muy pequeña y delgada que me estaba poniendo muy excitada.
Le pedí a la niña traviesa que se sentara en mi polla, ella dejó sus bragas a un lado y se sentó muy sabroso en mi pene. Y seguí hablando de lo grande y bonita que era mi casa y de lo gruesa y sabrosa que era mi polla. Y ella besaba mi boca y frotaba sus tetas en mi cara. Estaba chupando los redondos pechos de esta perra y apretando su culo gigante que me excitaba mucho. Y yo estaba abofeteando a la mujer traviesa y ella se balanceaba intensamente y pedía más y más. Hasta que le hice una nueva invitación a la perra, para penetrar su culo caliente.
La traviesa me miró y dijo que podía penetrar, pero que tendría que tomármelo con calma para no lastimarle demasiado el culo. Y con cariño fui penetrando ese rico culo dejando muy excitada a la traviesa. Y la polla se hacía cada vez más fuerte en el culo de esta perra y ella gemía intensamente. Estaba sosteniendo su enorme culo y la polla se ponía cada vez más dura en ese culo apretado que se abría cada vez más después de que lo penetraba con todas mis fuerzas. Después de eso la joven me pidió que parara un rato porque me dolía mucho.
Se tomó un descanso y luego se puso a cuatro patas con el culo en alto y dijo que podía seguir. Tuve sexo con una mujer de seguridad y la dejé con el culo todo magullado después de un anal de calidad hecho en mi casa. La safadinha pidió palmadas en el culo mientras acariciaba su delicioso coño. La fui llenando de bofetadas y penetrando ese culo caliente hasta correrme intensamente y dejarlo todo sucio de esperma. También vino la perra y nos fuimos a dormir felices. El otro día todavía le di unas buenas penetraciones en el coño caliente de la perra que se corrió una vez más en sexo intenso antes de irse.
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