No pude resistirme y tuve que quitarle la virginidad a mi propia hermana. La joven se estaba probando ropa interior y terminé viendo la nueva en lencería. Estaba loco de lujuria y no pude resistirme. Se estaba probando lencería en el dormitorio y se olvidó de cerrar la puerta. Estaba pasando y vi a la hermosa joven con esta ropa interior muy provocativa y mi polla se levantó al instante. Cuando lo vi ya estaba abrazando a mi hermosa hermana y besando su boca caliente. Ella tampoco pudo resistirse a mi encanto y terminó entregándose a mí. Y podría ser el primer hombre en penetrar tu delicioso coño virgen y te contaré cómo sucedió todo.
Realmente nunca me ha gustado mi hermana, solo tiene 18 años, es flaca y está bien. Y a pesar de que ella no es muy bonita y atractiva, sigue siendo mi hermana, por lo que no podría sentirme atraído por ella. Pero como dije, todo eso cambió cuando pasaba por su habitación y pillé a la chica nueva en lencería, en ese momento estaba en un color negro muy provocativo y no podía salir del lugar. Me quedé paralizado al verla pasar y quitarse varias prendas de lencería y mi polla se estaba poniendo cada vez más dura. Hasta que miró hacia la puerta y me vio parado allí como un pervertido.
Estaba muy avergonzada y se cubrió el cuerpo con las manos porque en ese momento estaba completamente desnuda. Todavía no dejé de mirar y decidí entrar a su habitación, cerré la puerta y lentamente me acerqué a ella, mirándola a los ojos sin decir una palabra. Saqué su mano de su pecho y vi lo calientes que estaban y con mucha calma los chupé y mi hermana no dijo nada, gemía muy suavemente y ya estaba agarrando mi cabello y acariciándome. Entonces la agarré y empezamos a besarnos.
Y nos estábamos besando y yo ya la estaba llevando a la cama y quitándome la ropa. Necesitábamos ser muy rápidos porque no quería que pensara demasiado y se arrepintiera, después de todo somos hermanos y estaba mal tener sexo entre hermanos. Pero en ese momento no estábamos prestando mucha atención a este pequeño detalle. Y nos tiramos en la cama y yo encima de ella chupándole las tetas y besándole la boca. Abrió las piernas y yo ya estaba encajando mi polla dentro de su delicioso coño. Ella susurró diciendo que yo estaba muy caliente y me metí profundamente en el coño caliente de mi propia hermana.
Entonces la chica de la lencería quiso quedarse arriba y demostrar lo que sabía de zorra. Me quedé allí muy relajada mientras ella se apoyaba en mi pecho, me miraba a los ojos con cara de puta y mecía lentamente mi pene. Se dio la vuelta y gemía suavemente y me decía que sostuviera su trasero y pusiera mi dedo meñique en su trasero. Y eso me excitó aún más y yo era como una máquina metiéndole el dedo en el culo a toda velocidad. Y al mismo tiempo mi pene entraba en su coño con placer.
Ella estaba de lado y volví a sujetar esos pechos mientras la polla entraba en su coño. Ella acariciaba su coño y yo la penetraba más fuerte e intensamente. Hasta que se abre la puerta del salón y escuchamos la voz de nuestra madre. Luego tuve que correr y la chica nueva en lencería también. Me escondí debajo de la cama, llegó mi madre, habló un poco con mi hermana y se fue a la recámara. Luego salí de debajo de la cama y seguí teniendo sexo con mi hermosa hermana traviesa y solo paré cuando nos pusimos calientes.
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