Tuve sexo en el barco que viajaba a Tulum. Mi nombre es Javier, tengo 34 años y soy dueño de un barco turístico aquí en la ciudad de Tulum. Gano dinero del turismo y gracias a eso mantengo a mi familia. Amo mi trabajo porque amo navegar y lo hago desde hace 9 años. El barco era de mi padre y yo lo ayudé, como se hizo muy viejo hoy soy el capitán del barco y mis hijos me ayudan.
Tengo muchas historias que contar sobre mi trabajo, pero hay una en particular, es la única historia que tiene sexo. Pero es una historia muy bonita, me pasó a mí ya una gringa que vive en Nueva York. Estaba de vacaciones con su familia y vino a Tulum por una semana. Su nombre era Victoria, una hermosa mujer de unos 40 años. Ella es una mujer hermosa y terminé excitado por ella y les cuento lo que pasó.
Ella y su familia llegaron aquí a Tulum el viernes, habían estado fuera todo el día y querían hacer un viaje en bote. Como tenían mucho dinero querían alquilar el barco solo para ellos, y se lo dejé claro porque pagaban buen dinero. Les gustó el paseo y como aquí hace mucho calor, a veces suelo navegar sin camiseta. Y siendo nadador y buceador, tengo un físico de atleta que despertó el interés de esta mujer. Pero como dije, estoy casado y no quería tener nada que ver con ella.
Pero entonces el sábado me vino a buscar, era temprano, como a las ocho de la mañana. El sábado mis hijos vienen a trabajar un poco más tarde porque les gusta disfrutar la noche de Tulum el viernes. Y desde joven también les dejo disfrutar y los sábados por la mañana manejo el barco yo solo. Y Victoria vino sola esta vez, dijo que quería volver a dar un paseo en barco. Me dijo que su esposo y sus hijos estaban durmiendo y que solo se despertarían después del almuerzo y que quería disfrutar la mañana.
La traviesa me volvió a pagar todo el viaje y por eso era la única que quedaba en el barco. Ella me pidió que navegara un poco y la dejé y en ese momento cuando estábamos muy cerca se giró y me besó en la boca. Como era una mujer hermosa quedé encantado y terminé besándola y luego la traviesa me sacó el pene y empezó a chuparlo. Estaba muy emocionado y en ese momento olvidé que tenía esposa. Dejé que esta mujer me la chupara, era como un sueño y quería aprovecharlo al máximo.
Después de chupármelo me tocó a mí demostrar que podía hacer magia con la boca. Empecé a chupar el coño travieso y ella gemía fuerte, estábamos en el mar y no había nadie alrededor. Luego se acostó en el suelo y comenzamos a intercambiar besos y yo estaba penetrando su coño. La penetré de lado, después de las cuatro y finalmente se sentó bien en mi pene. Llegamos casi juntos y después de eso hablamos durante mucho tiempo. La recuperé y ese es el final de esta loca historia que tuve en alta mar.
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