Mi padre y yo bebimos demasiado y tuvimos sexo

Mi padre y yo bebimos demasiado y tuvimos sexo y acabé disfrutando mucho con su gran polla entrando muy fuerte dentro de mi coño. Te excitará mucho leer un sensacional relato erótico de una joven delicia de sólo 18 aninhos que acabó teniendo sexo con su viejo padre, que tiene un pene muy sabroso. Ya contaré el día que acabé tarado tras beber una botella de vodka con mi padre, que es un viejo borracho cabrón. Todo esto acabó ocurriendo en nuestra casa, un viernes por la noche en el salón.

Ese día mi madre había viajado, había ido el jueves a casa de mi abuela, estaba muy enferma y como mi padre y yo trabajamos hasta el viernes acabó yendo sola. Así que mi padre y yo estábamos solos esos días porque mi madre sólo volvía el domingo. Así que mi padre llegó el viernes a última hora de la tarde y después de trabajar mucho tiene la costumbre de abrir una botella de su vodka favorito y beber toda la noche. Como no trabaja los sábados, aprovecha para beber mucho y emborracharse mucho y terminar la noche así.

Mi madre y yo a veces vamos con él y nos emborrachamos mucho también. Y ese día quise hacerlo, debido a esta rutina ajetreada de todos los días mi padre y yo terminamos por no hablar mucho últimamente. Y quería disfrutar de este tiempo a solas con él para poder hablar más. Así que cuando amaneció ya nos habíamos bebido todo el vodka y eso me puso muy caliente. Estaba muy excitada y como hacía unos días que no tenía sexo acabé excitándome con mi propio padre. Cuando bebe se vuelve más cariñoso y le gusta abrazar a todo el mundo.

Entonces me abrazó con sus grandes y fuertes manos y eso me puso muy húmeda y cachonda. Hasta que me emborraché demasiado para resistir la lujuria y besé a mi propio padre. Me miró un poco asustado pero tampoco pudo aguantar y siguió besándome. Me agarraba con sus fuertes manos y me decía que era una joven muy caliente y que me iba a penetrar con mucho amor. Le saqué el pene y me llevé un susto porque era muy grande y sabroso, con las venas saliendo y una cabeza muy gruesa.

Entonces empecé a chupar la polla de mi propio padre, le volví loco de lujuria, me sujetó el pelo y me dijo que me lo tomara con calma y que tuviera cuidado de no morder. Era muy grande y me lo imaginaba dentro de mi coño, y decidí dejar de chuparlo y quitarme la ropa. Se puso como un loco cuando me quité la blusa y le mostré mis perfectos y grandes pechos. Los tocó y empezó a chuparlos, haciéndome mojar mucho. Mientras me chupaba los pechos me metía el dedo gordo dentro del coño. Esto me puso la piel de gallina, y entonces me senté en su regazo muy tranquilamente.

Muy despacio para no hacerme mucho daño seguí besando la boca de mi padre y sentándome lentamente sobre su gran polla. No dejaba de decir que le parecía una joven hermosa y muy sexy y que a partir de ahora tendría sexo conmigo todos los días. Luego me penetró aún más fuerte y acabé teniendo un orgasmo muy sabroso con su polla entrando con fuerza. Después me arrodillé y dejé que se corriera en mi boca, la abrí de par en par y chorreó leche fresca por toda mi cara y mis pechos. Y acabamos teniendo sexo durante todo el safado y cuando mi madre llegó el domingo hicimos como si no hubiera pasado nada.