Mi cuñado gay estaba en bragas y quería sexo. Como nunca lo había visto así no pude resistirme. El joven cabrón estaba a cuatro patas en su cama masturbándose con un pene de goma que le entraba por el culo. Estaba tan cachondo que mi polla se puso inmediatamente dura mientras le miraba. Estaba avergonzado, y rápidamente se sacó el juguete del culo y se puso la ropa. Pero yo no podía quedarme mirando como se vestía.
Cerré la puerta de su habitación y me acerqué a él. Como resultado tuvimos un sexo muy caliente e intenso. Fue mi primer sexo gay, y confieso que me gustó mucho porque este cuñado mío es un joven muy caliente. Y él en bragas fue maravilloso, me tuve que follar a este joven y le encantó sentir mi pene entrando en su culo. Y si quieres disfrutar sabrosamente leyendo una buena historia real gay, sigue leyendo y controla de no correrte antes de tiempo.
Me llamo Arturo, tengo 29 años y desde hace 4 meses salgo con Marta, una mujer preciosa que trabaja conmigo. Soy maestro en una escuela aquí en Tijuana y así fue como conocí a Marta. Nos conocimos y estamos enamorados, pero Marta tiene un hermano que vive con ella en su casa. Tiene 19 años y se llama Rodrigo, es guapísimo, y trabaja en un gimnasio de culturismo, es entrenador personal. Y por eso tiene un cuerpo tan perfecto, sobre todo sus piernas que son gruesas y su culo que es muy grande.
Un día estaba en casa de Marta, ese día no tenía clase y me quedé allí esperando a que volviera para comer juntos. Su hermano estaba en casa y fui a su habitación a preguntarle si quería desayunar algo. Iba a la panadería y quería saber si quería algo. Como salgo con su hermana desde hace unos meses yo también quería complacerle, así que llamé a la puerta y no contestó. Para entonces ya sabía que estaría despierto, pensé que estaría escuchando música así que abrí la puerta.
Lo vi allí así con un juguete en el culo y todavía en bragas. No pude resistirme, mi erección se puso a mil y me acerqué al joven cuñado. Empezamos a besarnos en la boca y él empezó a quitarse las bragas, pero le dije que se las dejara puestas, saqué mi pene y el joven empezó a chupármela muy fuerte. Me la chupaba intensamente y yo estaba locamente cachondo, le agarraba su culo caliente. Después de chupármela, se puso las bragas a un lado y empezó a revolcarse intensamente sobre mi polla.
Hacía demasiado calor para que este joven se sentara sobre mi polla. Luego se puso a cuatro patas, con esas bragas tan provocativas y su enorme culo en alto. Y yo le penetraba con fuerza, dándole fuerte en el culo y él gemía intensamente de lujuria. Acabé disfrutando y haciendo disfrutar a este joven travieso. Fue maravilloso, luego fui a la panadería y compré el desayuno. Comimos y luego volvimos al dormitorio donde follamos una vez más.
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